Una de cada tres personas adultas en Eswatini tiene VIH y muchas de ellas están coinfectadas con TB. Médicos Sin Fronteras colabora con el Ministerio de Salud para reducir la transmisión de ambas enfermedades y mejorar su tratamiento.
En la región de Shishelweni, donde trabajamos, la pandemia obligó a nuestros equipos a cambiar la forma en que se ofrecía la atención, para garantizar que las personas más vulnerables mantuvieran su tratamiento, que es vital, sin interrupciones y de forma segura.
Reforzamos la atención comunitaria para la TB resistente a los medicamentos (TB-DR); para ello, el personal de salud hacía visitas domiciliarias para llevar a los pacientes su medicación, alimentación de refuerzo, apoyo psicológico y artículos para la prevención de el COVID-19 (como mascarillas y geles). En este programa, además, facilitamos que los pacientes se graben cuando toman sus medicamentos en casa, una forma de supervisión que evita que tengan que ir a los centros de salud para medicarse en presencia del personal de enfermería. Además, aumentamos nuestro apoyo al centro nacional de TB-DR de Shiselweni, con atención de enfermería, protocolos de prevención y detección de COVID-19 y donaciones de medicamentos.
Para aliviar la presión en los centros de salud a medida que aumentaban los casos de COVID-19, organizamos clínicas móviles y establecimos un puesto de salud para TB, VIH y enfermedades crónicas (como la hipertensión y la diabetes). Nuestros servicios incluían diagnóstico, triaje, reabastecimiento de medicamentos y asesoramiento sobre prevención de el COVID-19.
También incorporamos la atención para enfermedades no transmisibles en los ambulatorios y ampliamos los servicios de nuestro centro comunitario en Nhlangano, para cubrir pruebas autoadministradas de VIH, profilaxis previa a la exposición (para prevenir la infección por VIH), planificación familiar y tratamiento de infecciones por VIH y de transmisión sexual.
En 2020, además, realizamos un estudio sobre diagnóstico y tratamiento tempranos del VIH (en el periodo latente, desde que se contrae la infección hasta que el diagnóstico puede confirmarse). Esto guiará nuestro trabajo futuro en el control de la epidemia del VIH.
Otras actividades relacionadas con el COVID-19 comprendieron apoyar a las autoridades sanitarias para aumentar la capacidad de diagnóstico y asignar un equipo comunitario de MSF para dar atención domiciliaria y derivar a los enfermos graves que requirieran terapia con oxígeno.