A lo largo del año, brindamos atención médica general y especializada a refugiados de Sudán del Sur en los campos de la región de Gambela, así como atención especializada en el hospital de Gambela capital. En zonas remotas de la Región Somalí, ofrecimos atención general y respondimos a emergencias, como brotes de cólera y sarampión.
Además, en la región de Amhara, tratamos a personas con enfermedades tropicales desatendidas, como el kala azar o el envenenamiento por mordedura de serpiente. En Adís Abeba, dimos apoyo médico y psicológico a migrantes etíopes repatriados o deportados desde otros países, y les garantizamos la continuidad de la atención en sus regiones de origen.
Nuestros equipos también ayudaron a las comunidades desplazadas por las inundaciones en la Región de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNPR) y en la región de Afar, y apoyaron a desplazados y pueblos de acogida en la región de Benishangul-Gumuz.
En marzo, finalizamos nuestro apoyo en el campo de refugiados de Hitsats, en la región de Tigray, donde ofrecíamos salud mental a refugiados y comunidad de acogida.
Además, en noviembre, comenzamos a colaborar con estructuras médicas del sur de Tigray, ofreciendo capacitaciones y donaciones; desde mediados de diciembre, gestionamos clínicas móviles y dimos apoyo a algunas instalaciones dañadas gravemente en otras partes de Tigray, proporcionándoles oxígeno y otros suministros vitales, además de rehabilitar los servicios de emergencias, maternidad, pediatría y hospitalización. En la frontera con la región de Amhara, nuestros equipos también ofrecieron atención médica a miles de personas desplazadas y dieron apoyo a varios centros de salud con suministros médicos. También impartimos capacitaciones sobre nutrición y sobre la atención a víctimas en masa al personal del Ministerio de Salud. A principios de noviembre, atendimos a casi 280 personas heridas en los primeros enfrentamientos registrados en el oeste de Tigray.