Costa de Marfil: “Él es un sobreviviente”

La Dra. Katherine Horan, pediatra de Médicos Sin Fronteras, examina un bebé en el departamento de neonatología. ©Jean-Christophe Nougaret/MSF

Todavía no tiene un nombre, pero con sólo 48 horas de vida ya es un sobreviviente.

Todavía no tiene un nombre, pero con sólo 48 horas de vida ya es un sobreviviente.

La madre del bebé, Fatoumata, tiene sólo 20 años. Hace dos años dio a luz a unos gemelos en su hogar. Ahora dio a luz a otros gemelos, de nuevo en su hogar en los límites de la ciudad de Katiola. Pero fue un parto complicado. Para cuando Fatoumata llegó al hospital, el primer niño ya había nacido y presentaba un padecimiento respiratorio severo. Su hermano, por su parte, estaba atorado debido a su posición dentro del útero.
 
El primer bebé fue llevado inmediatamente a cuidados intensivos y su madre fue llevada al quirófano para una cesárea.
 
Sin cuidados prenatales
 
A pesar de todos sus esfuerzos, el equipo médico no logró salvar al primer bebé. Varias horas después, la madre también falleció. Las probabilidades estaban en su contra. No había recibido cuidados prenatales y cuando llegó al hospital ya era demasiado tarde, estaba muy enferma y había perdido mucha sangre. 
 
El segundo bebé, el que sobrevivió, fue admitido en la sala de cuidados intensivos para recién nacidos, donde es atendido de forma regular por el equipo de cuidados neonatales y visitado a diario por su padre. 

Demasiadas mujeres mueren durante el parto

“La historia de Fatoumata es emblemática de las razones por las que estamos en Costa de Marfil,” dice el Dr. Gabriel Kabilwa de Médicos Sin Fronteras (MSF), coordinador médico del proyecto. “Aquí, en la región de Hambol, todo el año hay demasiadas mujeres como Fatoumata y también hay bebés que mueren durante el parto o poco después de éste. Las principales causas de estas muertes maternas son las hemorragias severas y la eclampsia (un trastorno de hipertensión durante el embarazo). En el caso de los bebés, la principal causa son los casos de sepsis (una grave infección generalizada).

 
Muchas muertes maternas e infantiles son el resultado de una falta de acceso al nivel de atención médica que podría encargarse de este tipo de complicaciones. Esta atención es muy cara, está muy lejos de las pacientes o simplemente no está disponible. Por eso es importante fortalecer el acceso a esta atención en las áreas más desatendidas de Hambol.”
 
Para lograr un mayor acceso y disponibilidad a la atención médica para las mujeres de la región, Médicos Sin Fronteras está colaborando con el Ministerio Nacional de Salud e Higiene Pública. Hasta el momento, esta colaboración se presenta en el hospital de Katiola y en tres clínicas de salud primaria. 
 
“Estos son los vínculos físicos en nuestra atención continua,” explica Romain Jacquier, coordinador de proyecto. “Comienza con un monitoreo del embarazo antes del parto. Después continúa con la atención materna al momento del parto, la gestión de emergencias obstétricas y atención neonatal cuando el bebé nace con una talla muy pequeña o sufre complicaciones.”
 
Nuestro objetivo para 2017 es duplicar el número de clínicas de salud primaria apoyadas por esta colaboración y ayudar en la renovación del centro de atención materno infantil de Katiola.
 

 
Intervenciones vitales para salvar vidas
 
Temprano por la mañana, Albertine es referida del hospital de Dabakala a Katiola, a más de 80 kilómetros de distancia. 
 
“Ella necesita de una cesárea para dar a luz porque el bebé es más grande que su pelvis,” explica la Dra. Ginecobstetra Rasha Khoury antes de comenzar con la operación. “Esta es una intervención vital para salvar su vida. Si la labor de parto se prolonga, corre el riesgo de sufrir una ruptura uterina o a una distocia (obstrucción de parto). Ambos podrían causar severas complicaciones para ella en un futuro. Ya le realizaron una cesárea para dar a luz a su primer bebé, y esta vez tomó medicamentos tradicionales para acelerar el parto. De hecho, la combinación de estos factores ya causó una ruptura uterina parcial.” 
 
Una hora después de que comenzara la cirugía, Albertine está fuera de riesgo. Su bebé sobrevivió, pero tuvo que ser resucitado por un pediatra y una partera porque sus pequeños pulmones estaban llenos de meconio (el primer excremento de los recién nacidos). Está siendo atendido en la unidad de cuidados intensivos para recién nacidos. 
 
Rasha explica, “sin la rápida referencia desde Debakala, los servicios obstétricos de emergencia aquí en Katiola, el personal capacitado, el banco de sangre y la unidad para neonatos, la madre y el bebé no hubieran sobrevivido.»
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