En enero de 2020, Corea del Norte cerró completamente sus fronteras a la circulación de personas y de la mayoría de las mercancías (fue el primer país del mundo en hacerlo). Este bloqueo estricto tuvo un gran impacto en la situación económica y humanitaria del país.
El cierre de la frontera significó que el programa de MSF en la provincia de Hamgyong del Norte quedó suspendido de facto. Durante todo el año, nuestro equipo mantuvo un contacto regular con las autoridades norcoreanas, para analizar estrategias que permitieran reanudar lo antes posible las actividades médicas.
El programa de Hamgyong del Norte se había puesto en marcha a finales de 2018, con el objetivo de fortalecer la atención médica general y, en particular, mejorar el diagnóstico, tratamiento y manejo de los pacientes con tuberculosis (TB). Se articula mediante el apoyo a dos hospitales especializados en TB: un hospital general y un centro de salud más pequeño que da atención comunitaria. Desafortunadamente, la suspensión del proyecto paralizó también el inicio de las actividades directas que estaban planificadas.
En marzo, tras la solicitud presentada por Corea del Norte, la ONU otorgó a MSF una exención de las sanciones que pesan sobre el país, autorizando así el envío de un cargamento de suministros para COVID-19, que incluía equipos de protección individual, materiales de diagnóstico y antibióticos (para las infecciones asociadas).