Juntos actuamos, curamos y damos testimonio. Juntos somos Médicos Sin Fronteras.

Nuestras voces, desde todas partes del mundo, se unen para compartir un mensaje sobre las situaciones ante las que intervenimos cada día.

Mientras que los Gobiernos bombardeen deliberadamente personal de salud e instalaciones médicas, los denunciaremos fuerte y claro. Y contamos con tu voz también, porque el acceso al cuidado de la salud nunca debería ser usado como un arma de guerra.

Cuando los niños y adolescentes de Venezuela huyen de su país, nuestros médicos y psicólogos se unen al otro lado de la frontera. Porque el sufrimiento mental es igual de doloroso que cualquier otro.

Cuando nos traen a un paciente gravemente herido en Yemen o Afganistán, nuestros equipos de cirugía van rápidamente a su lado con experiencia médica y atención humana. Porque así es como también nos gustaría ser tratados.

Cuando los niños se dañan a sí mismos y tratan de suicidarse por estar detenidos durante años en condiciones horrorosas en las Islas Griegas, decimos: ¡Es suficiente! Y confiamos en que grites tu indignación con nosotros.

El aborto no seguro sigue matando a muchas mujeres. Por eso les proporcionamos acceso a la interrupción segura del embarazo. Donde sea posible. Porque cada mujer tiene el derecho a decidir si quiere y cuándo quiere ser madre.

Cuando los líderes europeos deciden que se puede dejar morir a personas en el medio del mar Mediterráneo, resistimos e ignoramos su discurso demagógico y salimos al mar. Y sabemos que son muchos los que alzan la voz y resisten con nosotros.

Cuando las epidemias de sarampión amenazan las vidas de miles en Congo, Chad o Níger, organizamos campañas de vacunación masivas. Sin importar los obstáculos. Porque cada niño tiene derecho a ser vacunado.

La violencia sexual destruye las vidas de millones de mujeres, hombres y niños. Para nosotros, eso es una emergencia médica. Quien sea la víctima. Donde sea que ocurra.

Cuando pacientes altamente contagiosos son temidos y rechazados, nos ponemos nuestro uniforme para poder darles toda la atención que merecen. Porque cada persona enferma necesita alguien a quien le importe. Sin importar la enfermedad, donde sea que ella o él esté.

Cuando los medicamentos vitales son demasiado caros para nuestros pacientes, enfrentamos a la industria farmacéutica junto a ti. Y confiamos en que compartirás la indignación. Porque los medicamentos no deberían ser un lujo. Para nadie, en ningún lugar, nunca.

Junto a ustedes actuamos, curamos, damos testimonio. Porque juntos somos MSF.

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