Nos oponemos firmemente a la detención arbitraria de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en Libia, que sufren desnutrición y enfermedades de piel y de las vías respiratorias directamente relacionadas con la mala ventilación y la superpoblación.
Johan Berg, nuestro médico en Bangassou, relata una semana de violencia extrema. Los enfrentamientos imposibilitan ofrecer asistencia médica y muchos heridos están escondidos sin poder recibir el tratamiento que necesitan.
Vanessa es enfermera y ha trabajado dos meses como nuestra coordinadora médica de emergencias en Uganda, un país que está recibiendo un flujo sin precedentes de refugiados de Sudán del Sur.
Hemos abierto dos clínicas en la zona con especial atención a la situación nutricional de los niños. También nos preocupan las condiciones de saneamiento y obtención de agua entre los refugiados.
Para combatir la enfermedad, la rapidez es esencial, incluso en las zonas más remotas, donde llegamos a pie, en piragua y en moto. Desde noviembre, hemos vacunado a 675.000 niños y atendido a 14.000 pacientes en cinco provincias del país.
Dos años después de que se produjera una escalada en el conflicto, las necesidades médicas y humanitarias en el país árabe son ahora enormes y las organizaciones humanitarias tienen muchos problemas para hacer llegar su asistencia.
La violencia de Boko Haram ha desplazado a miles de personas a Pulka, en el noreste del país. Para escapar de los ataques, no hay tregua: sin comida, pertenencias ni la opción de despedirse de sus familiares, ahora los desplazados sobreviven a duras penas en el campo. Esta son algunas de sus historias.