«Cuando sumas todo, observas una situación devastadora para las personas en Yemen»

Qassim, de 83 años, originario de Radfan, a las afueras del departamento para pacientes hospitalizados del Hospital Al-Nasser Hospital, con uno de sus cuñados. Ad Dhale, Yemen 2018.Matteo Bastianelli

A cuatro años del reciente conflicto, Robert Onus, ex jefe de misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Yemen, describe su impacto en las personas de todo el país.

¿Cómo ha afectado la guerra a la población en Yemen?

Uno puede ver realmente cómo año tras año, el efecto de la guerra ha diezmado sobremanera gran parte de la sociedad yemení. La infraestructura de salud pública ha colapsado. La infraestructura de agua y saneamiento está colapsando. Cada vez más personas están luchando por conseguir alimentos. Cada vez menos personas tienen trabajo.

Puedes ver el impacto directo de la guerra en las vidas de las personas. Ves a civiles heridos, a personas asesinadas en ataques aéreos y debido a los bombardeos y tiroteos. También ves a personas que mueren por enfermedades prevenibles, a niños que mueren debido a enfermedades que pueden prevenirse con vacunaciones. Los niños no recibieron sus vacunas porque el sistema de salud ya no existe donde viven.

 Vemos el impacto de la guerra en los niños con desnutrición que llegan a nuestros hospitales: niños que no tienen suficiente para comer; familias que no tienen suficiente para comer.

 En todo el país, sin importar dónde o a qué parte de la sociedad mires, el impacto de la guerra en la vida de las personas es muy visible. 

 ¿Las personas pueden acceder a la atención médica?

El sistema de salud ha sido destruido directamente por el conflicto, al ser bombardeado y tiroteado. Pero también ha sido destruido indirectamente por la falta de financiamiento, la escasez de medicamentos y la falta de personal, a quienes no se les ha pagado por más de dos años.

Durante los cuatro años transcurridos desde que se intensificó el conflicto, el acceso de las personas a la atención médica se ha reducido drásticamente.

Si vives en un área rural en Yemen, lo más probable es que el centro de salud más cercano no esté en funcionamiento. Si está abierto, entonces es probable que sea solo por un par de días a la semana, porque solo hay un médico que puede visitar el lugar sin recibir un sueldo y que además cuenta con un mínimo de medicamentos. Si tienes una emergencia y el centro de salud está cerrado, tienes que viajar más lejos para llegar a un centro que aún funcione, que probablemente será privado, y en donde no podrás pagar el tratamiento. No importa de qué manera lo mires, es una situación devastadora.

 ¿Cómo ha afectado el conflicto a la población en Taiz? 

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado brindando atención médica en la gobernación de Taiz, en ambos lados de las líneas del frente, desde el inicio del reciente conflicto. MSF es la única organización internacional que opera dentro de la ciudad de Taiz, que se considera una ciudad «enclave» [con áreas controladas por una de las partes en conflicto completamente rodeadas por áreas controladas por otra de las partes].

 Apoyamos a múltiples hospitales y observamos grandes necesidades en los civiles heridos por el conflicto. Vemos grandes necesidades con respecto a los niños que no tienen acceso a la atención hospitalaria y servicios de hospitalización. También con respecto a las mujeres, pues no tienen un lugar seguro donde dar a luz. Son necesidades comunes que las personas tienen diariamente en la ciudad. Necesidades que todos dan por sentado en Alemania o Australia, por ejemplo.

Además de estas necesidades básicas, con el desmoronamiento del sistema de salud vemos un aumento en las epidemias y en las enfermedades que pueden prevenirse con la vacunación. En este momento, hay una epidemia de dengue, una enfermedad estacional en Yemen, pero este año es mucho peor que durante el pasado porque la infraestructura de agua y saneamiento de la ciudad ha sido diezmada.

La infraestructura del hospital realmente se ha quebrado debido al conflicto. El año pasado, por ejemplo, vimos un brote de cólera a gran escala. Año tras año, observaremos un aumento de epidemias y enfermedades prevenibles por vacunación en todo Yemen. La ciudad de Taiz es un ejemplo perfecto de ello. Es un microcosmos de lo que atestiguamos en todo el país”.

 ¿A qué cambios cotidianos se enfrentan las personas? 

 Las personas no se sienten seguras fuera de sus hogares. Puedes comprender totalmente cuán difícil es para las personas seguir adelante con sus vidas, mirar hacia adelante, con cualquier tipo de esperanza, tener un propósito.

Pero a pesar de todas las dificultades, sí vemos esa esperanza, sí vemos esa capacidad de recuperación en los pacientes que acuden a nuestros hospitales. 

También lo vemos en el tejido social de las comunidades en las que trabajamos. Las personas tienen una enorme capacidad para hacer frente a las dificultades y los peligros del conflicto. Es impresionante, es algo que me asombra cada día.

Es una verdadera lucha no solo para el pueblo yemení sino también para nuestros equipos, incluso para mí personalmente, vivir esto todos los días y saber que la resolución de este conflicto aún está muy lejos. 

 ¿Cuáles son los desafíos para las organizaciones que trabajan en Yemen?

 Yemen es un lugar increíblemente difícil para que las organizaciones internacionales trabajen. Trabajar en una zona de conflicto siempre será complicado y conlleva un peligro. Pero también hay muchos obstáculos que superar para poder trabajar en este país.

En parte se debe a la politización de la ayuda en Yemen. Las partes en el conflicto están muy interesadas en dónde se entrega la ayuda. Como organización humanitaria, es absolutamente esencial mantener nuestra independencia y neutralidad, pero también es muy difícil. 

Las organizaciones de ayuda siempre deben hacer un esfuerzo para superar las dificultades y las barreras de seguridad para poder llegar a las personas más necesitadas. Las personas viviendo en medio del conflicto se ven directamente afectadas por él a diario. Por ejemplo, los residentes de Taiz, son quienes tienen más necesidades.

La presión ejercida sobre las organizaciones de ayuda por parte de las autoridades es realmente preocupante, tanto para MSF como para la comunidad humanitaria en general. Porque si la ayuda humanitaria no es independiente del conflicto y de los intereses de las partes involucradas, se verá comprometida y puede ser fácilmente manipulada para volverse una parte del conflicto más generalizado. Y es absolutamente necesario evitar esto.

 ¿Qué necesita suceder para reducir el sufrimiento de la población yemení?

Para aliviar el sufrimiento del pueblo yemení, primero debe haber una asistencia humanitaria adecuada e independiente en el país, que incluya asistencia alimentaria, apoyo nutricional, servicios de agua y saneamiento, y rehabilitación de las instalaciones sanitarias. Esto es esencial.

En segundo lugar, la población civil necesita ser protegida: es un derecho fundamental para que las personas no sean atacadas durante el conflicto. Y esto debe abordarse a un nivel mayor. Porque todos los días vemos en nuestros hospitales a personas que son heridas y mueren como resultado del conflicto. Estas son personas que simplemente están haciendo su vida diaria. No solo es esencial que los civiles estén protegidos del conflicto, sino también la infraestructura civil (hospitales, escuelas, carreteras, el transporte seguro de mercancías en todo el país para alimentar a la población), todo esto debe protegerse del conflicto en curso.”

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