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Hacemos un llamado a todas las partes en conflicto en Siria para garantizar la protección de los civiles, incluidos los trabajadores de la salud y sus pacientes.

Los bombardeos en el pueblo de Janoudia en Idlib, al noroeste de Siria, provocaron la llegada de 17 víctimas a un hospital cercano que gestionamos en Médicos Sin Fronteras. Tres de estos pacientes eran niños menores de 14 años. Esto se suma a las necesidades de más de un millón de personas que huyeron de las zonas de lucha en los últimos años.

Iniciamos actividades médicas en la frontera entre ambos países para atender a las personas desplazadas que huyen del conflicto en el noreste sirio. La mayoría de los pacientes que hemos examinado presentan signos de depresión y ansiedad.

Tras el lanzamiento de las operaciones militares turcas y la situación extremadamente volátil en el noreste de Siria, hemos tomado la difícil decisión de suspender la mayoría de nuestras actividades y evacuar a todo nuestro personal internacional en la zona.

"Esta escalada solo puede agravar el trauma que el pueblo de Siria lleva sufriendo durante años de guerra", sentencia Robert Onus, nuestro coordinador de Emergencias de Médicos Sin Fronteras para Siria.

En las últimas semanas, los bombardeos y ataques aéreos en el sur de Siria obligaron a huir a más de 450.000 personas. Mientras los hospitales reciben una afluencia masiva de heridos, el personal atemorizado continúa trabajando.

En Líbano brindamos atención integral en el hospital Elias Haraoui de Zahle. Instalamos una Zona de Chicos para que los niños se diviertan y mantenemos una relación muy estrecha con las familias. Damos esperanza: explicamos que sus hijos pueden vivir con esta enfermedad crónica y llevar una vida normal.

Los niños están muriendo de enfermedades prevenibles y las mujeres están dando a luz en condiciones inseguras en el campo de refugiados Al Hol, en el noreste de Siria,