México: los solicitantes de asilo en Matamoros, cada vez más desesperados y vulnerables

Los solicitantes de asilo se ven obligados a dormir en carpas instaladas justo al lado del puente en la frontera, sin acceso a servicios de agua potable y saneamiento. Esto puede conducir a diferentes problemas de salud como enfermedades digestivas y de la piel.MSF

Desde Médicos Sin Fronteras pedimos, una vez más, a los gobiernos de México y Estados Unidos que pongan en el centro de sus políticas el bienestar de la población. Incrementamos nuestros equipos de atención integral para responder a las urgentes necesidades médicas de más de 1.500 personas varadas en la peligrosa ciudad de Matamoros.

Médicos Sin Fronteras (MSF) incrementó sus equipos de atención integral para responder a las urgentes necesidades médicas de más de 1.500 personas que están varadas en la peligrosa ciudad de Matamoros, en México, a la espera de su resolución de asilo.
 
Más de 1.500 solicitantes de asilo siguen durmiendo en el puente internacional migratorio que conecta la ciudad de Matamoros (México) con Brownsville (Estados Unidos), debido a las consecuencias de la política migratoria impuesta por la administración estadounidense e implementada por el gobierno mexicano. Esta política inhumana regresa a las personas, más de una vez, a ciudades inseguras de la frontera norte desde enero de 2019 y las obliga a esperar, poniendo en peligro sus vidas. 
 
Aunque en los últimos días se han instalado más letrinas y duchas en el precario campamento de tiendas de campaña, donde pasan la noche estas personas, los equipos de MSF continúan siendo testigos de las malas condiciones en las que permanecen, y del aumento de las necesidades de salud y salud mental. A partir de octubre, MSF incrementó el personal sanitario para lograr una mayor asistencia.
 

“Contamos con un equipo médico integral y un equipo de promotores de salud, que atienden pacientes con diagnósticos de estrés postraumático y ansiedad, consecuencia de la desesperanza que les produce no saber qué va a pasar con su futuro o el de su familia”, asegura Anneli Droste, coordinadora del proyecto de MSF en la frontera norte.

 
Droste cuenta que hace unos días habló con un niño de 15 años que permanece en el precario campamento con su familia, a la espera de una resolución. “Él me dijo que no se quieren separar del grupo de solicitantes de asilo, porque sienten que los van a asaltar o a secuestrar. Quedarse todos juntos es una de las medidas que estas personas, víctimas de violencia, tomaron para sentirse, de alguna forma, más protegidas.”
 
En las últimas tres semanas, MSF ha realizado 178 consultas médicas y ha encontrado diferentes afectaciones como diarrea, hipertensión, condiciones psiquiátricas, asma y diabetes. La mayoría de los pacientes presentaron infecciones respiratorias y problemas en la piel, atribuibles al hacinamiento y a las malas condiciones sanitarias. De estas consultas: 48% son mujeres y 52% hombres. La mayoría de los pacientes, del total de consultas, son menores de 15 años (58%).
 
En MSF continuamos preocupados por la situación humanitaria que enfrentan los solicitantes de asilo en la frontera norte y pedimos, una vez más, a los gobiernos de México y Estados Unidos que pongan en el centro de sus políticas el bienestar de la población. A la fecha todavía no hay cifras oficiales sobre el número de personas que aguardan llenos de incertidumbre y riesgo en Matamoros. 
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