Terremoto en Turquia y Siria: el noroeste de Siria necesita urgente de mayor ayuda internacional

Vista de nuestra clínica móvil instalada en el campo de Al-Fuqara, en la zona de Al-Dana.
En la gobernación de Idlib, gestionamos cuatro clínicas móviles en centros de acogida que ofrecen consultas generales, vendajes, servicios de salud reproductiva y consultas de salud mental a las personas afectadas por los terremotos. Hasta el 13 de febrero, habíamos realizado 2.134 consultas.Abdul Majeed Al Qareh.

Según las últimas estimaciones, los terremotos que afectaron a Turquía y Siria han provocado la muerte de más de 35.000 personas. En el noroeste de Siria, nuestros equipos han desplegado un plan de emergencia desde el 6 de febrero.

Desde el terremoto del pasado 6 de febrero, nuestros objetivos principales en Siria ha sido apoyar a los hospitales y proporcionar ayuda médica y material a las poblaciones afectadas, movilizando a gran parte de los 500 integrantes de nuestro personal activo en el país.

Donación de víveres a hospital en Aleppo, Siria

Los hospitales en Siria están desbordados

Nuestro hospital en Atmeh, especializado en la atención a pacientes con quemaduras graves, ha realizado numerosas donaciones de material médico y no médico y ha enviado a su equipo de cirugía como refuerzo a varios hospitales de la región.  Además, hemos realizado numerosas donaciones desde nuestros proyectos locales a 30 hospitales de la región. 

“El 6 de febrero comprendimos rápidamente que nos enfrentábamos a una situación catastrófica”, explica Mohammad Darwish, subdirector de nuestro hospital en Atmeh. “La destrucción fue masiva en el área, lanzamos nuestro plan de emergencia en menos de 3 horas después del primer terremoto y pusimos a nuestro personal en estado de alerta”. 

Nuestros equipos de Atmeh han comenzado a enviar equipamiento médico a una decena de hospitales de la región, a Bab al-Hawa, Darat Izza, Idlib e incluso a Atarib.

“Todos los hospitales estaban desbordados, incluyendo el nuestro”, explica Samih Kaddour, director del hospital Aqrabat, especializado en cirugía ortopédica y reconstructiva.

“Los equipos de Médicos Sin Fronteras fueron los primeros en ayudarnos y en compartir sus recursos. Nos dieron material para hacer yesos y esterilizar heridas. Recibimos a 800 personas en urgencias, 250 de ellas necesitaban tratamiento quirúrgico. Incluso hoy [sábado 11 de febrero] siguen llegando personas heridas”, concluye. 

Nuestro equipo de cirugía dentro del hospital también fue enviado a algunos centros de salud de la región para ayudar a sus colegas que estaban tratando con un gran número de personas heridas.  

“Fui a un hospital situado en las inmediaciones de Turquía”, explica el Dr. Mohammad Zaitoun. “El cierre de la frontera y la imposibilidad de recibir ayuda externa o de trasladar a las y los heridos nos sometió a una inmensa presión. Había muchas personas heridas, el personal médico estaba agotado. Hicimos nuestro mejor esfuerzo junto con los equipos de MSF en Atmeh. Como cirujano, estaba en el quirófano. Nunca habíamos presenciado tal afluencia de heridos, excepto quizás durante los bombardeos o masacres que tuvieron lugar en la región”, concluye. 

Clínica móvil de Médicos Sin Fronteras en el campamento de Al-Fuqara, en la zona de Al-Dana, Siria

Nuestras clínicas en móviles en Siria

Los equipos que componen nuestras clínicas móviles en Siria trabajan de manera regular en el país desde hace varios años. Brindan atención médica a las personas que viven en los numerosos campos de la región que albergan a personas desplazadas por la guerra. Actualmente visitan a diario los lugares donde se refugian las personas que han perdido sus hogares, ya sea en Sarmada, Kammouneh o Al Dana

“Todavía no tenemos una visión clara de la situación en el área más amplia de Atmeh”, nos contó Mohammad Darwish el pasado sábado. “Solo sabemos que los hospitales están llenos de personas heridas y muertas, y que las necesidades son inmensas. La gente de la región necesita de todo. Inmediatamente después del terremoto abrimos nuestros almacenes logísticos y repartimos cientos de artículos de primera necesidad, pero no es suficiente, se han donado 2,500 mantas a los hospitales para sus pacientes, y se han repartido cientos de kits de primera necesidad a las familias”. 

Existen múltiples dificultades para atender a las personas afectadas por el terremoto

Nuestros equipos en la región están recurriendo a sus reservas de emergencia, a la espera de un suministro internacional, que se ha visto obstaculizado por las tensiones políticas que rodean a esta región sin salida al mar. Hasta que sucedieron los terremotos, Bab al-Hawa era el único punto de cruce para la ayuda humanitaria de Turquía a esta región sin salida al mar del noroeste de Siria. 

“Casi una semana después de los terremotos, no hemos recibido ninguna ayuda del exterior”, lamenta Moheed Kaddour, director de un hospital en Atmeh y hermano de Samih Kaddour. “El apoyo solo llegó de otros hospitales, comunidades locales u organizaciones que ya estaban presentes antes del desastre. El hospital de Médicos Sin Fronteras en Atmeh desempeñó un papel importante en la respuesta. Sin embargo, esta capacidad de respuesta, construida a través del apoyo regular a una red de una veintena de estructuras de salud, ahora enfrenta ciertos límites, como la imposibilidad de trasladar a Turquía a pacientes que se encuentran en estado grave”. 

“Normalmente podemos transferir a nuestros pacientes con quemaduras más graves a estructuras de salud adecuadas a Turquía”, explica Mohammad Darwish. “El hospital de Médicos Sin Fronteras en Atmeh brinda atención esencial, pero también tiene sus limitaciones y solo puede atender adecuadamente a personas con quemaduras moderadas. Actualmente, no hay más camas de hospital especializadas en la gobernación de Idlib y no se puede cruzar la frontera”.  

En el noroeste de Siria, estos terremotos están perturbando una región que ya tiene más de 2 millones de personas desplazadas que viven en campos y donde falta acceso a la atención médica.  

“Nueve días después de los terremotos, seguimos movilizándonos para cuidar a nuestros pacientes”, dice Moheeb Kaddour. “Seguimos realizando intervenciones quirúrgicas para salvar la vida de personas afectadas por el síndrome de aplastamiento. Esta patología, que resulta de una compresión prolongada de los músculos, puede ser mortal al provocar saturación e insuficiencia renal. La situación es indescriptible y, por ahora, estamos solos”. 

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